LA DOBLE MORALIDAD

"Un buen hombre" es un "thriller" atípico y con muchas virtudes en su concepción y planteamiento, aunque no acabe de cuajar por completo, resulta estimulante que en nuesgtro país se realicen propuestas tan interesantes como este film dramático con una historia de intriga y una buena dosis de reflexión.

Vicente y Fernando son amigos íntimos además de compañeros de trabajo. Ambos son profesores en la Facultad de Derecho, y ambos pertenecen a la clase media alta, a la burguesía acomodada. Fernando, mayor que Vicente, es catedrático y ocupa una figura paternal en la vida de Vicente. Una tarde, de forma casual, Vicente es testigo de cómo Fernando mata a su mujer. Incapaz de ir a la policía, tampoco puede entender y mucho menos perdonar a su amigo, debido a su férrea religiosidad y su rigidez moral. A partir de ese momento, se desatan una serie de acontecimientos que dejarán al desnudo la doble moral de los personajes.

El estupendo planteamiento es el de crear en el espectador la misma duda que le surge al protagonista, una persona normal que descubre que su mejor amigo es un asesino, ¿qué hacer cuando todo en lo que crees se te derrumba encima? Toda esa parte es la que domina el conjunto del film, quedando casi en un segundo plano la trama policíaca. Es por tanto este "thriller" una película atípica, tiene una puesta en escena calma y lenta, mucho protagonismo de los primeros planos de los actores y la presencia constante de una lluvia que no consigue limpiar los pecados cometidos.

E l trabajo de los actores merece una mención especial, ya que esta película es más de personajes que de acción por lo dicho antes, el director prefiere centrarse en el conflicto interno que en el externo, lo cual siempre es un riesgo para captar la atención del espectador. Tristán Ulloa resulta convincente como ese protagonista atormentado que pierde de noción su propio yo ante los acontecimientos de los que es testigo primero y en los que acaba involucrándose activamente más tarde. Pero destacan aún más las presencias de Emilio Gutierrez Caba que dota de ennumerables matices su interpretación del asesino, otra vez atípico, y que opta claramente a un premio en el Festival, y de Nathalie Poza que pese a tener un personaje más plano consigue mejorarlo por su saber hacer.

Un "thriller" español y atípico, dos buenas razones para prestarle atención.

U.C. (Daniel Farriol)